La Revolución tecnológica

Este período de la historia se caracterizó por un ambiente de paz y prosperidad en Europa, marcando una estabilización económica y una expansión tecnológica e industrial excepcional. La influencia de la orden se extendió por todos los estratos de la sociedad, consolidando su poder en Asia, Europa y parte de África. Durante este tiempo, la figura enigmática del Magister Magnus se envolvió en leyendas. Se rumoreaba que el líder de la orden era un ser inmortal que había guiado desde tiempos remotos, otorgándole un aura misteriosa a su liderazgo y al de sus altos cargos.

El estilo arquitectónico y los gustos artísticos de Ordo Lucendi quedaron anclados en un renacimiento tardío, que se entrelazó con el rápido desarrollo científico y tecnológico de la época. Los imponentes edificios, diseñados con esplendor, reflejaban un afán por la perfección y la simetría. La búsqueda constante de la armonía y la belleza se manifestaba en cada detalle, mostrando el orden en su esencia más pura.

A pesar de las promesas de riqueza y oportunidades en los centros urbanos, la concentración de poder en manos de unos pocos provocó una brecha social y económica. Muchos se vieron obligados a vivir en guetos superpoblados y empobrecidos. La desigualdad social sembró las semillas de un conflicto latente en la sociedad, erosionando la estabilidad de uno de los períodos más prósperos de Europa.