September MDXIX
El Desastre de Cádiz
Los tres supervivientes de la masacre zarparon hacia España con el contingente de hombres que quedaron en la costa de Veracruz, llevando consigo las esferas, sin conocer su potencial ni su peligro.
Al desembarcar en Cádiz, una de las esferas se hizo añicos, liberando la sustancia contenida en su interior. En un instante, se expandió vertiginosamente, devorando y deformando toda materia a su paso, y generando más de ese légamo primordial a medida que avanzaba sin control.
El calor abrumador que desprendía provocó un caos de destrucción y muerte que se propagó por el puerto y la ciudad, dejando a Cádiz devastada.
Elías, quien había sobrevivido a la masacre de Teyolohualpan, fue testigo de la devastación y único superviviente. Abatido, decidió desaparecer con una de las esferas restantes.